Zen:

Escuela budista que se desarrolló en China y más tarde en Japón como resultado de una fusión entre la forma Mahayana del budismo originario de la India y la filosofía china del taoísmo. Zen y chan son, respectivamente, las formas japonesa y china de pronunciar el término sánscrito dhyana, que designa un estado mental más o menos equivalente a la contemplación o meditación, aunque sin el sentido estático y pasivo que estas palabras conllevan a veces. Dhyana denota de forma específica el estado de conciencia de Buda, aquél que está libre de la creencia de que la individualidad diferenciada de uno mismo y de las otras cosas es real. Todas las escuelas del budismo sostienen que las cosas separadas sólo existen en relación con otras. Esta relatividad de los individuos se denomina vacuidad (en sánscrito, sunyata), que no significa que el mundo no sea nada en la realidad, sino que la naturaleza no puede ser comprendida por ningún sistema de definición o clasificación fijo. La realidad es la mismidad (en pali, tathatâ) de la naturaleza, o el mundo tal como es, independiente de cualquier pensamiento específico que se tenga sobre él.

2. DOCTRINAS Y PRÁCTICAS

El Zen es la peculiar manera china de conseguir la meta budista de ver el mundo tal como es, es decir, con una mente que no tiene pensamientos ni sentimientos de apego (en sánscrito, trishna). A esta actitud se le denomina no-mente (en chino, Wu-hsin), un estado de conciencia en el que los pensamientos se suceden sin dejar ningún rastro. A diferencia de otras formas de budismo, el Zen sostiene que tal libertad mental no puede obtenerse mediante una práctica gradual, sino que debe llegar mediante una idea directa e inmediata (en chino, tun-wu; en japonés, satori). Así pues, el Zen abandona tanto las teorías como los sistemas de práctica espiritual y comunica su visión de la verdad por un método conocido como indicación directa. Sus intérpretes responden a todas las preguntas filosóficas o religiosas por medio de palabras o acciones no simbólicas. La respuesta es la acción tal como es y no lo que representa. Es típica la respuesta del maestro Zen Yao-shan, al preguntarle: "¿Qué es el camino (del Zen)?" contestó: "¡Una nube en el cielo y agua en la jarra!". Los estudiantes Zen se preparan para ser receptivos a tales repuestas sentándose para meditar (en japonés, za-zen) mientras observan, sin realizar comentarios, ocurra lo que ocurra.

3. SECTAS

Las dos principales sectas del Zen son la Rinzai Zen y la Soto Zen. La Soto parece poner más énfasis en la disciplina del za-zen, mientras que la secta Rinzai cuenta los problemas de meditación (en japonés, koan) basados en los diálogos (en japonés, mondo), parecidos a los ejemplos mencionados antes, entre los antiguos maestros y sus alumnos. Se espera que los estudiantes muestren al maestro su comprensión de un incidente de alguna forma directa no verbal (por ejemplo, señalando), en una entrevista privada denominada en japonés sanzen.

4. INFLUENCIA EN LAS ARTES Y EN LOS OFICIOS

El Zen se estudia de forma habitual en comunidades semimonásticas en las que se admite por periodos limitados a los aspirantes. Sin embargo, el monasterio Zen es una estricta escuela de entrenamiento que combina la meditación con una cantidad considerable de trabajo manual. Los estudiantes de dichas escuelas prestan especial atención a las artes y los oficios, en especial a la pintura, la caligrafía, la jardinería, la arquitectura y las ceremonias del té. En Japón también se practican las artes del arco, la esgrima y eljiujitsu. El Zen ha tenido una gran influencia sobre las artes y la artesanía del Extremo Oriente, ya que su punto de vista tiene más que ver con la acción que con la teoría y con la visión directa de la naturaleza más que con la interpretación. Según el Zen, la mente se comporta como el cristal de una ventana más que como un espejo; es decir, la mente debería proporcionar una visión inmediata en vez de dar una interpretación del mundo. Todas las teorías de la naturaleza se consideran obstáculos en esta visión directa. El Zen muestra así su continuidad con la idea original del filósofo indio y fundador del budismo, Gautama Buda, según la cual, el sufrimiento es el resultado del deseo de poseer, porque sostiene que la mente y los sentimientos frustran su propio funcionamiento cuando se apegan con deliberación al mundo de la experiencia. Así pues, el tema principal de las pinturas religiosas Zen consiste en formas naturales, como pájaros, hierbas, rocas y montañas mostradas sólo como imágenes con un estilo que combina un máximo de técnica con un mínimo de planificación y determinación. Este arte elude la iconografía (ilustración o representación por medios visuales como la pintura) y expresa un camino de conocimiento basado más en la experiencia que en las ideas, ya que el Zen no se somete a ningún sistema, doctrina o creencia.

5. HISTORIA

Según la tradición el Zen fue introducido en China en el 520 por el monje budista hindúBodhidharma. Las figuras más importantes en los comienzos del desarrollo del Zen, que es característico de China, fueron Hui-neng, Te-shan y Lin-chi. Las pinturas en tinta china durante la dinastía Sung (960-1280) fueron una de las expresiones artísticas más exquisitas de la escuela Zen.

Las dos ramas principales del Zen que se instalaron en Japón fueron llevadas por japoneses que habían estudiado en China. El monje budista Eisai introdujo el Rinzai Zen en 1191 y el monje budista Dôgen introdujo el Soto Zen en 1227. Ambas continúan propagándose en Japón. Con el desarrollo del Zen en el archipiélago, pintores como Sesshû, Sesson Shûkei y Jasoku expresaron de forma directa en su obra la visión Zen de la naturaleza. Bajo su influencia, los japoneses elevaron el arte de la ceremonia del té al más alto grado de refinamiento y desarrollaron también una forma de poesía característica: el haiku, un verso en extremo breve.

El interés occidental por el Zen se remonta a la publicación en inglés del primer informe autorizado sobre el tema, Ensayos sobre budismo zen por el erudito japonés Daisetz T. Suzuki. Tras la II Guerra Mundial (1939-1945) y la ocupación de Japón por Estados Unidos, se despertó en este país y en Europa un gran interés por el zen, sobre todo entre artistas, filósofos y psicólogos. Ejerció una especial atracción sobre los pintores y escultores abstractos y no figurativos. Los filósofos occidentales han percibido sus afinidades con el pensamiento del filósofo austríaco Ludwig Wittgenstein, con la teoría de la semántica general del científico y escritor estadounidense Alfred Korzybski y, hasta cierto punto, con el existencialismo propuesto por el filósofo alemán Martin Heidegger.